viernes, 22 de junio de 2012

Concierto Imaginario #8




"Lindberg al cubo"

Seguro que todos nos hemos preguntado alguna vez sobre la importancia que tiene un nombre para un artista. ¿Cómo va a pasar a la posteridad alguien que se llame Paco Sánchez, José Pérez o Alberto Rodríguez? Es necesario que un artista tenga un nombre imponente, poliédrico, como Ludwig Van Beethoven, Karlheinz Stockhausen, Einojuhani Rautavaara... o, en el otro extremo, sencillo, sonoro y fácil de recordar, como Arvo Pärt, Steve Reich o Philip Glass. En España, en el XIX, tuvimos al exitoso Manuel García, pero su obra hoy apenas se recuerda. Digo yo... ¿y si se hubiese llamado Emmanuel di Garza? Quién sabe si hoy no sería más conocido.

Esto, claro está, son elucubraciones bastante tontas. La historia -o los historiadores- termina por poner a cada compositor en su lugar y lo suele hacer por encima de cuestiones tan banales como el nombre. Sin embargo, como el Concierto Imaginario es el lugar indicado para las especulaciones musicales más libres, se me ha ocurrido vertebrar un programa sinfónico en torno a eso tan banal: los nombres de los compositores. Han sido cuatro, y su presencia en el Concierto Imaginario se debe al gran, enorme mérito de apellidarse igual, sin importar su época, su estilo o su reconocimiento internacional. 

Y es que el apellido escogido para vertebrar este programa ha sido Lindberg, un apellido que en Suecia es tan común como nuestros Pérez, García o Sánchez. El apellido proviene de Alemania y significa “montaña (berg) cubierta de tilos (lind)”, pero es extraordinariamente popular en Suecia y en otros lugares, como América, que en el pasado acogieron mucha inmigración de los países germánicos. En mi investigación sobre músicos que se apellidan Lindberg en Suecia me he encontrado con decenas de coincidencias: músicos de clásica, de jazz, de rock, de heavy metal e, incluso, una cantautora bastante conocida. La selección ha sido, por tanto, escoger entre las obras y autores que mejor se adaptaban a un concierto sinfónico. Y resulta que varios de ellos son grandes autoridades.

El programa se abre con Tre Dalmålningar (Tres pinturas de Dalarna) de Oskar Lindberg (1887-1955), uno de los compositores más destacados del nacionalismo musical sueco. Dalarna es una provincia en el centro del país con un papel muy importante en la construcción de la identidad nacional sueca. Muchas de las estampas típicamente suecas, pinturas, vestuarios, que nos vienen a la cabeza proceden de Dalarna, y también es uno de las regiones que mejor ha conservado su música folclórica. Varios compositores suecos han escrito obras inspiradas en la cultura de Dalarna, y estas Tre Dalmålningar se cuentan entre las más conocidas.

Con la siguiente obra nos vamos hasta el músico apellidado Lindberg más famoso en todo el
mundo en la actualidad. Se trata de Christian Lindberg, un trombonista excepcional que colabora habitualmente con las mejores orquestas del mundo que ha encargado y estrenado muchísima música contemporánea para el instrumento. Pero Christian Lindberg es él mismo un compositor muy destacado, creador de una música de extraordinaria factura técnica y que se mueve muy hábilmente en los límites de un lirismo tradicional sin renunciar a los logros de la vanguardia musical. La obra escogida ha sido su Flute Concerto, The World of Montuagretta. Un concierto inspirado por un documental que Lindberg vio en la televisión y que trataba sobre la vida de los travestis en Brasil. Montuagretta es el nombre que le dio a uno de ellos, y una de las cosas que quería plasmar en este concierto para flauta, estrenado por Sharon Bezaly, era la capacidad de este joven travesti para “conservar su inocencia, su afabilidad y su visión optimista de la vida, a pesar de que su existencia, a la mayoría de nosotros, nos parecería sumida en la más pura miseria.”

Tras Christian llegará otro Lindberg, también contemporáneo y también famosísimo: Magnus LindbergUna de las grades figuras de la vanguardia musical finlandesa, Magnus Lindberg ha destacado sobre todo por su extensa producción de música para orquesta. Creador de mundos sonoros de intenso colorismo y un maestro indiscutible del arte de la orquestación, he escogido una obra creada entre 1994 y 1995, “Arena”, que destaca por una extraordinaria luminosidad que surge de una orquestación de densidad abrumadora ¿Puede algo denso ser también luminoso? Bueno, aquí está la prueba.

Por último, el Concierto Imaginario se cierra con uno de los grandes nombres del jazz sueco, Nils Lindberg. Un magnífico compositor que también ha sabido moverse con habilidad en otros estilos como la música folk o el sinfonismo, aunque salpicados siempre de toques jazzísticos. Tras la intensidad de Arena de Magnus Lindberg, la divertidísima Suite Lapona para clarinete, piano, grupo rítmico y orquesta de Nils es el contrapunto ideal y un fin de fiesta perfecto para este programa “Lindberg al cubo”

Texto y selección de @MikelChamizo. Puedes ponerte en contacto con nosotros, proponer sugerencias y charlar de la iniciativa vía Twitter a través del hasthag #ConciertoImaginario

Enlace a Spotify para el Concierto Imaginario #8

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