jueves, 24 de noviembre de 2011

My favourite Leonardo Da Vinci's drawing



Jinete sobre un caballo encabritado pisoteando a un enemigo (Estudio para el Monumento Sforza) - Leonardo Da Vinci, finales del siglo XV. 


Siempre he adorado las obras que permiten imaginar nuevas historias y construir ensoñaciones a partir de ellas. Detesto el simple esbozo, la idea vaga, que no es otra cosa que la incapacidad de definir y definirse, la capacidad de idear y el fracaso de no atreverse a plasmarla. Lo que permite el poderoso dibujo de Da Vinci es generar un millar de historias en el pensamiento. A qué pertenece aquella imagen, de dónde proviene, qué intenta contar, todo es posible. El boceto es tan conciso y a la vez tan abierto que penetran en ella todos los mundos posibles. Adoro evadirme del tema que evoca realmente y mirarla cada vez con nuevos ojos, que sepan crear también nuevas historias. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Matisse: la lección de piano


Henri Matisse, La clase de piano (1916), Museum of Modern Art, NY. 

Pentagramas indescifrables, los ojos de mamá clavados en la nuca, metrónomos que martillean impasibles, que tiran del tiempo hacia atrás hasta que sólo existan tus manos. Ventanas abiertas, que se traguen todos tus desasosiegos. Mantos de césped sobre los que tu mente se tumbe, se acueste, y que el ejército de tus pensamientos se repliegue en su eterna batalla de compases irregulares. Mamá, mírame, al pulsar el marfil cuento una historia, una que nunca has escuchado de mis dedos. Mírame, dime si lo estoy haciendo bien. Miro al pentagrama, pero mis ojos están en el césped sobre el que descanso. Siempre sobre el césped. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Namor: encuentro con el destino



Diseñado para surtir de trasfondo a una futurible versión cinematográfica del Príncipe de Atlantis, Encuentro con el destino narra un importante capítulo de la infancia de Namor que le llevará hasta la adolescencia, 

El argumento de Bill Jemas pretende explicar buena parte de la personalidad del superhéroe a partir de su primera experiencia amorosa, como si ésta hubiese sido la causante de su eterna arrogancia. 

Poco tiene que ver esta historia con el flirteo que se ha traído Namor y la Susan Storm de los 4 Fantásticos tiempo atras y que ha terminado convertido en el único tema de conversación que se aborda durante los encuentros entre el Príncipe y el grupo de superhéroes. 

Es este un cómic lleno de ternura. Su trama ilustra el descubrimiento del sentimiento amoroso entre la chica de la superficie y el joven de las profundidades. 

Aunque su desarrollo es especialmente débil (y lo es mucho más su abrupto desenlace), hay dos elementos que hacen único a Encuentro con el destino. Uno es, desde luego, la ternura con la que se narra todo lo que ocurre, la delicadeza del encuentro íntimo entre dos personas que nacen alejadas la una de la otra pero destinadas a encontrarse. Y el otro es, desde luego, el abrumador trabajo gráfico de Salvador Larroca, quizás su mejor obra. El colorido del fondo marino y la precisión de los gestos y las formas convierten la lectura en un festín visual que justifica por sí solo la existencia del cómic. 

Como ocurriese con Lobezno, a quien también se ha dotado de un pasado concreto en los últimos años, Namor tiene ya su primera historia de amor dibujada con trazo mágico. La diferencia es que en Encuentro con el destino sí tenemos la sensación de haberlo vivido. 

lunes, 7 de noviembre de 2011

Panufnik: Symphonic Works Vol.I


Violencia. Ausencia. Humor e ira. Furia y sutileza. Brillantez orquestal confrontada con unos temas centrales toscos y brutos. La música del compositor polaco se abraza a la tradición moderna, a medio camino entre Arthur Honegger y el contemporáneo Thomás Adès. En ella, los motivos musicales breves dan paso a una serie de variaciones y modulaciones que se escuchan sin pretensiones y con una gran sonrisa, como bien era el caso de la música ligera de Honegger o también de Hindemith.

La sorpresa constante de los hallazgos de una orquestación valiente y enriquecedora es uno de los mayores alicientes de esta música. En este estupendo disco se presentan seis de los trabajos sinfónicos de menos importancia del autor, aunque precisamente en este formato (la obertura, el poema sinfónico) es donde se siente cómodo y despliega todas sus virtudes.

El álbum, como en toda la producción de la CPO, tiene una inigualable calidad en la toma de sonido, con los metales muy brillantes y las secciones orquestales muy nítidas y contrastadas. Acercarse a la obra de Andrzej Panufnik nunca fue tan sencillo y gratificante.

viernes, 4 de noviembre de 2011

El día más brillante


DC continúa abonado a los crossover hasta el punto de empatar unos con otros de manera ininterrumpida. Esto ha hecho que resulte casi imposible entender una saga sin las anteriores y que sea muy difícil adentrarse en el universo de la compañía entendiendo el argumento.

El otro error de DC reside en en que los guiones de estas sagas interminables tratan de unir a todos los superhéroes de la franquicia pero sin buscar apenas un sentido coherente. Están ahí porque tienen que estar y porque las viñetas se convierten en un concurso de "más difícil todavía", obligándose a sí mismo a sorprender al lector en cada página y terminando por resultar cargante. 

El dibujo es solvente, pero la planificación de las viñetas contribuye a que la densidad anule la historia. Demasiado personaje, demasiada historia cruzada y muy poco interés. El elevado precio de cada cómic hace también que la colección se convierta en una pieza de culto sólo para aquellos que han seguido las sagas de la compañía durante estos años. 

No puede hablarse de decepción, pues DC nos ha acostumbrado a ello. Su universo es tan impenetrable para nosotros como lo es para los propios superhéroes. La compañía continúa vendiendo humo a precio de oro, un humo que cada vez resulta menos sugerente.