El arco argumental de Soñadores Americanos comprende los números 14 al 17 del Volumen 8 de la cabecera editada en España sobre el personaje, y se corresponden con el número 1 de una nueva era anunciada por la editorial.
Cualquier cómic multiplica su interés cuando lo ilustra Steve McNiven, el exquisito dibujante que afianzó su carrera en Marvel tras su excelente trabajo en Civil War. Así pues, el arco argumental Soñadores Americanos, con el que empieza esta nueva etapa del Capitán América concebida por Brubaker, no resulta imprescindible por el mero hecho de su dibujante, pero sí que invita a seguir la serie muy de cerca.
El guionista juega en este arco argumental con un protagonista al borde del abismo, atrapado entre los fantasmas de su historia pasada y en conflicto con los avatares del presente. No es la primera vez que se plantean los problemas que tiene el personaje para adaptarse a un mundo al que ya no pertenece, pues es uno de los puntos más interesantes y con mayor potencial del superhéroe. El rescate de enemigos de la época a la que pertenece el Capitán América unidos a la lucha en dimensiones paralelas son las principales tramas argumentales sobre las que se cimenta el arco.
Ayudado por Nick Furia en su travesía, bien es cierto que el desarrollo de la historia no es apasionante, y que el mayor aliciente es disfrutar la eficacia narrativa y el derroche de inventiva y elegancia que hace McNiven con cada viñeta. Encantadora premisa, que se deja leer con agrado. La química entre ambos artistas es fabulosa, sólo que en esta ocasión Brubaker ha apostado por un tono contenido para su epopeya. Quizás convenga recordar que esa siempre fue una de las virtudes del más noble superhéroe.
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