domingo, 18 de marzo de 2012

Superman: Para todas las estaciones


¿Puede un cómic emular una película de John Ford? ¿Puede el lenguaje del cómic adaptarse tanto a las reglas del cine que, al leer una historia, nos parezca que nos encontramos no frente a una recreación de una película hipotética, sino a la experiencia misma de lo cinematográfico únicamente a partir de unas imágenes? 

Los códigos formales utilizados por Jeph Loeb aquí son tan cotidianos para el cine y tan poco explotados en el mundo de la historieta que la sensación bien podría ser la de una película animada, como si sus imágenes tuviesen vida propia, ayudadas por esa impronta visual de Tim Sale tan desmarcada de la tradición del dibujo clásico y a caballo entre la caricatura, la épica y la excentricidad de una original búsqueda de lo esencial. 

Para todas las estaciones no reformula el origen de su personaje. Habla del inicio, de lo que motiva a Clark Kent a emigrar a la ciudad, pero no se preocupa de explicar de dónde viene o cuál es el sentido de su llegada a la Tierra. Loeb parece más interesado en contar por qué el chico de campo decidió marchar a la ciudad, el porqué del cambio en el hombre, no en el superhéroe. 

Haciendo uso, una vez más, de una herramienta más propia del mundo audiovisual que del cómic, un personaje diferente se encarga, en cada estación, de narrar lo acontecido a través de su propia visión, de sus sentimientos en torno al protagonista y a su relación con él. En ese sentido, el guión regala a Lex Luthor, a Lana, a Kent o a Lois algunas de las reflexiones más hermosas que jamás hayan tenido en torno al héroe de Metropolis. 

Pero el relato, a pesar de esas voces en off que ilustran los pensamientos de algunos personajes, termina mostrando una cara poco conocida y muy conmovedora como la vida de Superman a través de los ojos de sus padres adoptivos. Si bien el cómic es una entrañable y simple formulación de las relaciones ya conocidas, acaba mostrando una lectura del personaje poco explorada. La del amor entre padres e hijos, la del sacrificio incondicional que acaba convirtiendo en héroes tanto a unos como a otros.

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